viernes, 26 de septiembre de 2008

Estoy triste, y mis ojos no lloran


Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y lluviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmeso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrella brillo en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia; es la hora de
los niños dormidos, mi madre me
mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes,

y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrian mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde....

Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.

¡Que mis lagrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien ha
soñado en mis besos, que venga de su
plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren... No vienen...
¿Quién irá por el triste paisaje?
Sólo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.

Juan Ramón Jimenez.

3 comentarios:

mofin dijo...

y cuando estás contenta...tu boca sonríe?

carlos dijo...

No estés triste nunca, no merece la pena te lo dice un apañao, jeje

leo dijo...

cuando los ojos no lloran será que no tienen pena alguna¡¡¡ la tristeza no merece la pena, las alegrias alimentan el alma..asi que ya sabes a sacar lo mejor de todo.
besos guapa¡¡¡

leo.